Música: "Don't Go Away" - Oasis.
Un día más. Ese tipo de cosas que para bien o para mal dejan una marca diferente y crean un patrón con el que calificar todas las demás. Nadie lo entenderá. Yo, a veces, tampoco. Las pegatinas brillantes. Las imágenes recurrentes. Las luces verdes en los cristales negros y rojos. El libro donde está colocado el sujetalibros. Todo eso y más. Una de esas cosas que se descubren sin saber de su existencia y a partir de esa coma en el texto de tu caminar todo cobra otra perspectiva. Inesperada perspectiva. La balanza, eterna balanza. "Sometimes I wish I could turn back time... impossible as it may seem". Es imposible, son utopías, son paranoias, son tonterías: soy yo.
El mundo ha girado exactamente trescientas sesentaicinco veces desde aquel día... y sigue girando. Sigue girando pero, as sad as it may seem, creo que no volverá a pasar por aquella estación. Y la absurda nostalgia dibuja espirales en blanco y negro pero el lienzo de aquel día/lugar no se desdibuja, ni se emborrona, ni se nubla. Es posible que la pintura todavía no se haya secado. A veces lo miro allí colgado en la galería... ahora lo miro. En primera persona. Una imposibilidad de cambiar de perspectiva que me atormenta.
Hay algo, algo que busco, algo que falta para ser capaz de archivarlo, como archivo las efervescencias de ese muro vuelto puerta... y solo son vagos toques de creencias (EXIST, Live Forever...) los que me hacen caer/creer en las efervescencias. Tal vez, a largo plazo, éstas últimas me hagan daño. Tal vez me electrocute. Maldito recuerdo. Magia, palabras, horas... "todo se fue con el huracán", solo "restos del naufragio". Malditas efemérides que siempre me miran a los ojos desafiantes. Ya nadie pagará "El Rescate". Ya no tengo fuerzas para archivarlo sin que se clave en mi memoria... como hice con aquel océano, con aquellas horas hace tantos años, con aquellos diez mil kilómetros ("sabés? la vida es muy injusta"). ¿Por qué no lo puedo colocar en el mismo lugar que todas esas cosas que también siguen ahí?
Y hace un año todo brillaba. Ahora quizás también, de otra manera, con otro color. "Arreglos los justos". Fue, es y será siempre valioso, único e irrepetible. Aquí o no. Cerca o lejos. Gracias, dije. Gracias, sigo pensando. En caminos paralelos. Esas cuatro laminas de cristal, que espero que nadie rompiera, explicaron porque sigo aquí. Y siempre seguiré aquí. Live Forever.
"Desde la plaza de armas de un lugar cualquiera, te escribo una carta para que tú sepas lo que ya sabías, aunque no lo dijeras. Espero que llegue a tus manos y, que no la devuelvas. Que pagues el rescate que abajo te indico. Yo tampoco me explico, por qué no acudí antes a ti. Pero nadie puede salvarme, nadie sabe lo que sabes, y tampoco entregarían lo que vale mi rescate. No hay dinero, ni castillos, ni avales, ni talonarios, no hay en este mundo, aunque parezca absurdo, ni en planetas por descubrir, lo que aquí te pido. Y no te obligo a nada que no quieras. Las fuerzas me fallan, mis piernas no responden; te conocen, pero no llegan a ti. Decidí por eso mismo, un mecanismo de defensa. Presa como está mi alma, con la calma suficiente, ser más fuerte, y enfrentarme cuanto antes a la verdad, sin dudar un segundo, lo asumo, sólo tú puedes pagar el rescate..."
- "El Rescate", Bunbury.
PD: Tengo un reloj que cambia el día cuando me despierto...
domingo, julio 03, 2005
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