(Esto lo escribí el Miercoles... y por los hechos que siguen aconteciendo podría seguirlo pensando... pero no merece la pena. Tampoco sigue mucho la línea del blog... es más pensamiento prosáico que post... pero creo que es aplicable a una infinidad de situaciones que nos toca vivir... esos ¿fracasos?. En fin, próximamente vuelve esto a la normalidad. Besos a todos! y gracias!)
"Into this house we're born..." Fracasos espirituales, fracasos demenciales. Demencias fracasadas hundidas y olvidadas. Oportunidades que se van, no se ven, se caen y se hunden en hoyos profundos. Ni siquiera las veo pasar. Las vértebras se clavan como cuchillos, y no son de saliva, y no nadan ningún oleaje. Tanto construir, ordenar, pensar, recapacitar, horas, hojas, bolígrafos que pintan (otros que no), cuadernos, rotuladores, subrayar, resumir, una y otra vez, problemas, resoluciones, números, fallos que se corrigen, satisfacción personal por ser responsable y constante. Pero la responsabilidad y la constancia se tornan fracaso e incapacidad ahora. La rueda puede girar infinitamente.
Construyes una casa en horas extra, dejas de ver el Sol y las nubes pasar, de perderte en un océano de caras desconocidas, de conocer lugares físicos y psicológicos, de dejar fluir tu pensamiento libre y sin horarios, pierdes la noción de la realidad, olvidas que necesitas horas de sueño, de sosiego, de pensamiento, de melodías que fluyan en tu interior... todo eso y más por esa casa, por arreglar los posibles fallos que podría tener, las grietas y demás. Intentas establecer un equilibrio entre dedicarte solo y exclusivamente a ella y compartir esa dedicación con otros asuntos porque sabes que una plena dedicación a construir esa casa lo único que hace es destruirte. Lo sabes porque lo has vivido. Te has destruido y vuelto a recomponer y no quieres volver a las cenizas. De ninguna de las maneras. A la casa que le parta un rayo, y nunca mejor dicho. Una casa durante tantos años perfecta sin grietas, sin nada, sin fallos, absoluta perfección que aún yo como única constructora y habitante de la misma era increíblemente capaz de criticar cuando las bisagras de la puerta simplemente chirriaban. Hace menos de un año aprendo un equilibrio, una capacidad de no ver catástrofes en las bisagras que chirrían o alguna eventual gotera o grieta. Aprendo, si. Aprendo el equilibrio entre la responsabilidad y la libertad.
Haces todo lo posible, arreglas muchas averías que eran realmente relevantes y ves el Sol. Por fin ves el Sol, y la gente, y la vida. Pero latente siguen ahí esas averías por reparar, que son de pequeña magnitud. De las peores arreglaste dos terceras partes y solo queda una parte por solventar. Incluso arreglaste algo imposible. Las que están estropeadas en su totalidad... siempre puedes reconsiderar llamar a algún especialista. No hay fracaso entonces, hace unos meses. Solo un miedo latente a fracasar tal día como hoy, como la semana pasada. Pero lo curas con los métodos que tienes. Haces todo lo posible por prepararte para ello con todo lo que tienes a tu alcance. Y de nuevo en tiempo totalmente robado, que debería ser ocioso (o al menos querrías que así fuese) lo dedicas a algo que sabes que puede no servir para nada... pero quieres creer que si servirá. La casa parece estar perfectamente preparada para cualquier tipo de turbulencias, maremotos, terremotos y todo tipo de fenómenos externos... pero la tormenta la tira abajo. Tira todo lo que meses atrás se recuperó. Sin remedio. Una tercera parte hundida destruyendo las otras dos terceras partes rescatadas. Tres horas y media. Parciales a los que te presentas: Todos.
¿Y para qué? ¿De qué sirve tanta casa, tanto material de calidad, tantas horas invertidas? Por no servir, ni siquiera justifican nada. Son papeles que se lleva el viento. Como la casa. Como a mi. Como la lluvia. No quiero que se hunda el barco por esto. No merece el mar el casco de mi barco por estas injustas flechas que rasgan las velas. Y aún quedan dos oleajes o tormentas por las que pasar mi barco y la casa que llevo tantos días arreglando. Tal vez sean fáciles de sortear pero la desmotivación por sortearlos es mayúscula. Tal vez ahora si es mi culpa y soy yo quien se está buscando que tiren la casa del todo después de lo perfectamente construido hace meses. Pero, ¿qué motivación como constructora de esta casa puede quedar en esta caja de plata cuando gran parte del esfuerzo puesto en ella durante infinitas horas extra está ahora extendido por el suelo? No sé si algún día habitaré esta casa porque sus contenidos me son ajenos y vacíos pero está ya medio construida y esa media casa NADA ni NADIE la puede tirar... ¿es más lógico dejar esos pilares abandonados y marcharme o intentar construir la otra mitad de nuevo?. Incertidumbres que me atormentan. Tormentas que, por algún motivo, hoy y ahora, me asustan. "Into this world we're thrown...". ¿Días De Borrasca, Víspera De Resplandores?. Espero. Quiero esperar.
"...like a dog without a bone, an actor all alone... " - "Riders On The Storm", The Doors.
"Life goes on without any breaks... dreaming on and on of better days, so many things to get done... I've gotta learn my way trhough" - "Wrap Your Troubles In Dreams", The 69 Eyes.
PD: "¿Días De Borrasca, Víspera De Resplandores?" SÍ!!!
PD3: Still 1 exam to go/fail... anyway.
2 comentarios:
Es uno de esos temas, en los que lamento tanto, haber tenido siempre que estar "algo" me pasa lo mismo con "She is so heavy" o "I'm only spleeping" de los Beatles, siempre reventado o high as hell. Pero como aquel espacio narrado, solo yo, hice que mi destino fuera otro. Saludos.
Muchas gracias por la visita.
Eso de estar entre "revenatado y high as hell" es una situación que me resulta familiar... de hecho La Línea Del Riesgo para mi es la línea que se encuentra entre el miedo y la adrenalina... y, después de todo, no es un mal lugar :)
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